El país con mayor proyección de crecimiento está en nuestra región
Publicado en: De interés el 6 noviembre, 2019
Según el Banco Mundial, el crecimiento de su PIB pasaría de un modesto 4,6% al 34%
Ni China ni Luxemburgo. El crecimiento proyectado para Guyana es por lejos, el más atractivo de cara al 2020. En un 86% ha estimado el FMI el crecimiento de esta perla del Caribe, la que con tan solo 780.000 habitantes, se convertirá en el “petro-estado” más joven del mundo.
Los yacimientos pretroleros encontrados por Exxon en 2015, empezarán a producir 200 mil barriles de crudo anuales, pero con un potencial de producción de 750 mil hacia 2025, con lo que llegarán “ríos de dinero” al país caribeño, suponiendo retos empresariales y estatales nunca antes vistos en dicha nación.
El exponencial e inminente crecimiento de la otrora colonia británica, ha generado enorme expectación respecto de las posiblidades de inversión que Guyana representa, debido a que la llegada de los petro-dólares pueden generar el desarrollo de múltiples areas comerciales y sociales… o traer la ruina.
Si bien, existe un gran interés por los grandes fondos de inversión e inversionistas particulares alrededor del mundo, también se mira con cautela cómo manejará el país la llegada de los recursos. En Guyana no hay estructuras bancarias, regulatorias, políticas, ambientales y educativas lo suficientemente macro para aguantar tanto dinero, acusa el dirigente opositor, Bharrat Jagdeo.
El ministro de finanzas, Winston Jordan, advierte que los días venideros serán claves puesto que según declara, “podremos aprender de casos exitosos como el de Ghana o Botsuana que gracias a políticas responsables y un plan de desarrollo sostenible han hecho florecer sus economías y sociedades, así como de casos de fracaso como el de Venezuela cuya producción ha caido dramáticamente o Uganda, nación que no ha podido siquiera empezar la extracción del crudo debido al fraccionamiento político y financiero del país”.
A juicio de los expertos, el éxito recaerá en la conformación de un buen gobierno (cuyas elecciones fueron adelantadas a marzo de 2020), el apoyo de entidades multilaterales, y un desarrollo responsable por parte de las empresas privadas involucradas. Si se logra, son infinitas las posibilidades de reducir pobreza, generar oportunidades de empleo, educación y crear un bienestar a futuro.
