Chile recuperó en 2025 el primer lugar en innovación en Latinoamérica, superando por un punto a Brasil, y se ubicó 51 a nivel global, según el Global Innovation Index (GII) publicado por la OMPI. El índice evalúa 139 países a través de cinco pilares y 78 indicadores, desde educación hasta infraestructura tecnológica y propiedad intelectual.
El país destaca en educación superior, capital humano, capitalización de mercado y pagos por propiedad intelectual, pero muestra un bajo desempeño en los resultados concretos de innovación, según el análisis del índice. Santa Cruz IP señala que, aunque Chile lidera la región, este liderazgo es “ineficiente”, ya que Brasil y México están cerca, y el país se encuentra rezagado frente a sus pares de la OCDE.
Entre las debilidades identificadas se incluyen la baja inversión en I+D, que alcanza sólo el 0,41% del PIB, muy lejos de la meta del 1% del gobierno, la limitada colaboración entre universidades e industria y el escaso financiamiento para startups y scaleups. Además, Chile ocupa el puesto 101 de 139 en estabilidad política para hacer negocios, reflejando un entorno poco propicio para la innovación, aunque esta medición se basa en percepciones.
Hub APTA considera que el retorno al primer lugar regional es “conformista”, ya que los resultados muestran problemas de eficiencia en transformar capacidades en resultados concretos. Por su parte, la Universidad Católica resalta que, si bien el país ha construido bases sólidas en educación superior e institucionalidad, persiste la necesidad de aumentar la inversión privada en I+D, mejorar la transferencia tecnológica y fortalecer las startups de alto impacto.
Para mejorar, la Universidad de los Andes propone incentivos como ampliar y simplificar el crédito tributario a I+D, crear fondos de coinversión público-privada, fomentar capital de riesgo corporativo y escalar la transferencia tecnológica. Santa Cruz IP agrega la necesidad de una oficina estatal dedicada a monitorear indicadores y proponer medidas concretas, mientras que Hub APTA apuesta por mayor colaboración universidad-industria y estabilidad regulatoria.
En conjunto, el reporte deja en evidencia que Chile ha consolidado recursos y capacidades, pero que su principal desafío es convertir estos insumos en resultados tangibles: más patentes, startups, innovación aplicada y participación privada en I+D. Sin estas transformaciones, advierten los expertos, el liderazgo regional podría resultar “superficial” y poco sostenible.
Si necesitas que te ayudemos o asesoremos en tu proyecto, no dudes en escribirnos aquí.